Terapia breve estratégica
«Con girar la cabeza no se resuelve el problema,
pero resultan perspectivas de las que surge la solución».
«Los problemas son posibilidades disfrazadas».
Está forma de terapia fue desarrollada por el MRI en Palo Alto, California. Se trabaja con intervenciones paradójicas, estrategias orientadas a la solución, así como con protocolos de tratamiento adaptados a cada cliente. Este tipo de terapia es especialmente efectivo con trastornos de ansiedad y trastornos obsesivos/compulsivos.
Un caso
Vino a la consulta Kathrin, una mujer joven de unos 30 años. Ella sufría de un severo trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Estaba casada y vivía con su marido a las afueras de una gran ciudad. Era arquitecta y tenía un buen sueldo. Su trastorno había aumentado desde que ella y su marido comenzaron a hacer planes para tener un hijo.
Antes de salir de casa por la mañana tenía que controlar si todas las luces estaban apagadas, si todas todos los grifos estaban realmente cerrados y si todas las cosas de valor estaban en su sitio y estaban completos. Tan solo entonces podía dejar la casa. Aun así, a veces ocurría que, a medio camino a su oficina, tenía que volver, porque de repente dudaba si se había dejado alguna luz encendida.
Cuando llegó a consulta estaba totalmente desesperada por sus compulsiones “absurdas”. En las primeras sesiones se trataba de calmarla y quitarle esta extrema presión que sentía. Para ello, le propuse una nueva perspectiva (un “reencuadre”): “probablemente tienes buenas razones para sufrir del TOC, aunque si tú las desconoces, probablemente son inconscientes”.
Después de esto le di prácticamente un “permiso” para hacer los chequeos antes de salir de casa. “Puedes hacerlo si sientes el impulso, pero no tienes por qué hacerlo, tú decides”.
Comprensión y un «permiso» por parte de un personaje de autoridad (en este caso, la terapeuta) son muy importantes para personas que sufren un TOC, porque ellos mismos no comprenden su comportamiento y lo rechazan por completo.
En las siguientes sesiones se utiliza las llamadas “intervenciones paradojas”, para las conductas compulsivas de la cliente. En vez de oprimir las conductas compulsivas, como lo hace por ejemplo la terapia conductista, en este caso se le da la orden de llevar a cabo sus actos compulsivos según un orden específico, se le sugiere:
“En caso de que quieras hacer un chequeo, que las luces estén apagadas, etc, puedes hacerlo, pero tendrá que ser 10 veces, es decir que puedes no hacer ningún control, pero si lo haces, controlarás 10 veces…”.
Por un lado, esto le da a la cliente un «permiso» aliviador, y por otro lado frena el impulso de las compulsiones. Así surge una sensación de liberación y de autocontrol. Esto es decisivo, porque antes se sentía impotente, a la merced de su conducta compulsiva.
En realidad, Kathrin no fue capaz de seguir la orden de hacer el chequeo ni una sola vez. Ella describió la situación como si por primera vez hubiera descubierto la naturaleza de su conducta compulsiva. En unas sesiones finales se le explicó a la cliente el procedimiento terapéutico para que pudiera aplicarlo en un futuro para ella misma.
Libros recomendados:
“La construcción del universo”
Paul Watzlawick
“Cambio: Formación y solución de los problemas humanos”
Paul Watzlawick
“Más allá del miedo”
Giorgio Nardone